11 junio 2007

Consejo para una buena paella

Ayer domingo, como es habitual en este país, disfruté de una fantástica paella. Es una tradición, la misma que ‘obliga’ a los bares y restaurantes a incluir la paella también en su menú de los jueves, similar a la que supone acudir a casa de los padres o los suegros a comer durante el fin de semana. Bueno, eso para aquellos que hemos conseguido independizarnos, que tampoco somos mayoría aplastante, ni mucho menos.
En mi caso, dicha tradición no ha calado muy hondo y la frecuencia con la que participo en comidas familiares se puede calificar de escasa en comparación con lo habitual. Pero tengo dos atenuantes, uno es la distancia, y es que tener que coger coche y desplazarse es un engorro, sobretodo a la vuelta y más aun si el vino o el licor se han paseado por la mesa. El segundo atenuante es algo más subjetivo pero a mi juicio igual de válido: si el trabajo te obliga a pasar toda la jornada fuera de casa, cuando llega el fin de semana muchas veces lo que precisamente deseas es utilizar tu comedor o cocina a mediodía, ver cómo entra la luz a esas horas del día en tu casa.
Puede parecer un detalle absurdo pero a veces durante un sábado o domingo al mediodía me sorprendo al observar cómo incide la luz sobre algunas partes de la casa.

Volviendo al título de la entrada, no penséis que se me olvida, aquí va la receta:
Lo fundamental para una buena paella es controlar el tiempo, eso y tener un teléfono a mano. Hay que llamar para encargarla el día antes o como muy tarde el mismo domingo sobre las 12h. Ahí reside la clave, anticiparse.
Te puedes arriesgar a presentarte en el restaurante y pedir una ración de las que preparan maquinalmente, pero conviene encargarla, llevársela a casa y disfrutarla allí con comodidad, mirando la luz que entra por el ventanal y dejándote mimar por los muebles que tanto te han echado de menos entre semana.

Bon profit

1 comentario:

inmapi dijo...

Te olvidas de un ingrediente muy importante......LA COMPAÑIA.....