27 junio 2007

Tolerancia valenciana

Quien diga que los valencianos no somos un pueblo tolerante es porque no nos conoce.
¿Qué autonomía ha tenido como Presidente a un ciudadano no nacido en ella, desconocedor de los rasgos más propios de su cultura?
La valenciana.
¿Quién le escuchó decir literalmente "yo estoy en la política para forrarme" y supo perdonarle?
Los valencianos.
Reconozcámosle, eso sí, que él supo responder semejante prueba de afecto mediante una gran labor social, puesto que dibujantes de tiras cómicas o actores de teatro han comido, indirectamente, gracias a él, a sus parodias más bien.
¡Qué tendrá el tigre de Cartagena que obnubila por doquier! El caso es que hasta yo mismo lo tengo en mente día sí, día también, especialmente por las mañanas cuando sufro los atascos de la N-340.
¡Ay, Zaplana!

22 junio 2007

Gafe informático

Vivimos rodeados de contraseñas, claves, logins, passwords y demás matraca. Algunos aconsejan utilizar siempre la misma clave para evitar riesgos de olvido, otros defienden que deben ser diferentes para que si te descubren una no afecte al resto de cosas. Yo, aunque sólo sea por originalidad, me gusta tener varias y nunca he tenido problemas, si exceptuamos aquel día que me azotó el siroco y bloqueé mi tarjeta de crédito con 3 intentos erróneos a pesar de llevar utilizándola varios años.


El caso es que como aficionado a varios deportes, en ocasiones mis contraseñas consisten en equipos o jugadores, y llevo dándome cuenta de un tiempo a esta parte que cada vez que actualizo alguna clave con un nuevo equipo o jugador, éste se hunde en la miseria o pierde en playoffs o no consigue el título al que optaba.
Me pasó hace poco con los Toronto Raptors (eliminados en 1ª ronda de playoffs de la NBA) o con los New England Patriots (no llegaron a la SuperBowl de la NFL)

Y lo que es peor, durante un tiempo Garbajosa fue una de mis contraseñas. ¿El resultado? Al principio todo iba bien, incluso firmó su mayor anotación de la temporada, pero en estos momentos está en plena rehabilitación de su pierna rota y probablemente se pierda el Europeo a disputar en septiembre.

Por no hablar de una de las entradas recientes donde daba mi apoyo al Tau y al Joventut en sus respectivas eliminatorias de ACB (de todos es conocido que ambos se fueron al garete)

Así que ya sabéis: algún jefe cabrón que no soportáis, la persona que os rompió el corazón, el equipo que os condenó al descenso, el trepa de vuestro compañero...
Cualquier cosa que queráis, por un precio módico, lo pongo como contraseña durante un tiempo.

18 junio 2007

¿Deporte?

Medio país está hoy de fiesta, de celebración por el campeonato de liga de fútbol.
El otro medio tendrá que aguantar hoy las bromas y fanfarronadas del ‘enemigo’ y posiblemente buscar el desquite en la final de la ACB.

Este mes de junio se ha convertido en un sueño húmedo para la prensa deportiva: los dos imperios deportivos –las dos mafias- disputándose las competiciones deportivas con más seguimiento (sólo faltaría verlos con escuderías en F1)
La rivalidad elevada al punto más alto, el odio y la sinrazón trasladados al deporte.

¿Dije "deporte"? El buscón de la RAE me aclara que deporte es:
1. m. Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas.
2. m. Recreación, pasatiempo, placer, diversión o ejercicio físico, por lo común al aire libre.

Parece claro que la primera acepción encaja, pero ¿y la segunda? Recreación, pasatiempo, placer o diversión no son palabras que me vengan a la mente cuando ves rostros de furia desencajados en las gradas.
¿Hasta qué punto el aficionado vive realmente el deporte?
Mi entrada al campo o al pabellón me otorga el derecho de zaherir ignominiosamente al equipo rival –el enemigo principal-, al árbitro –otro enemigo no menos peligroso-, e incluso a los aficionados rivales, en el improbable caso de haberse atrevido a hollar nuestro feudo.
Los yanquis, tan horteras y prepotentes para casi todo, nos dan en este caso una lección. Ellos saben cómo hacer que un acontecimiento deportivo se convierta en un verdadero pasatiempo para toda la familia donde el resultado no sea lo fundamental.


¿Alguno de nosotros concebimos ir al cine o hacer una excursión y volver a casa de mal humor, con los puños prietos, sin apetito?
Diría yo que no.
Entonces, ¿por qué asistir a cualquier partido ha de ser diferente?

12 junio 2007

Puto barça, puto madrid

Entre hoy y mañana se disputan los quintos y decisivos partidos de las semifinales de la ACB. Por un lado el Baskonia de Vitoria frente al Fútbol Club Barcelona, por otro el Real Madrid Club de Fútbol frente al Joventut de Badalona.
A mi esto me suena raro, es como si dijeran que la liga de fútbol se la disputarán en la última jornada el Club Baloncesto Estudiantes y el Club Unicaja Baloncesto.
¡Qué coño pintan el Fútbol Club Barcelona y el Real Madrid Club de Fútbol disputando una liga de BA-LON-CES-TO!
Dos clubes con presupuestos casi ilimitados si los comparamos con los de la mayoría de equipos de la ACB, además dinero proviniente de cualquier sitio menos de los ingresos que puedan generar mediante su sección de baloncesto.

Lo que ya no puedo soportar son los habituales artículos en la prensa deportiva donde ciertos iluminados reflexionan y sentencian que lo mejor que le puede ocurrir al baloncesto hispano para que despegue es que ambos clubes de fútbol se disputen los títulos. ¿Para qué? ¿Para trasvasar esa rivalidad futbolera –estúpida, política, interesada- al deporte de la pelota gorda y con ella a todos sus forofos? ¿Para qué, repito? ¿Para vender más MARCA o Sport?
Lo siento pero no veo ninguna necesidad ni ventaja en trasladar el clima de crispación, violencia e incultura que se vive en el fútbol al baloncesto. El amante del BA-LON-CES-TO, al igual que el de cualquier otro deporte, disfruta de sus acciones espectaculares, de sus alternativas en el juego y el marcador, de su tensión, sin necesidad de que los equipos implicados sean el puto Madrid o el puto Barça.

Lo mejor que le podría pasar al baloncesto –y al balonmano, y al voley, y al hockey, y a tantos otros deportes de ‘segunda fila’- no es que las finales sean siempre Barça-Madrid, sino que se promocione y facilite su práctica a los chavales de forma que se conviertan en aficionados al deporte y no a tal o cual equipo. De todos esos chavales que puedan disfrutar de instalaciones adecuadas y de educación deportiva, algunos se convertirán en jugadores de primer nivel, algunos pelearán por ser profesionales, algunos jugarán "pachangas" con sus amigos, pero todos serán verdaderos amantes de ese deporte, lo vivirán, lo practicarán, lo apoyarán, incluso lo consumirán, y esto último parece ser que es lo que ciertas personas consideran beneficioso para un deporte, ¿no?

¿Quiero decir con todo esto que es malo ser seguidor de los equipos de baloncesto de Madrid y Barça? Hombre, hay cosas peores, pero desde luego no os alabo el gusto si se trata de vuestro caso. Si un aficionado al fútbol de Lugo o Alicante o Córdoba puede ser hincha de clubes tan distantes como Barça o Madrid, ¿por qué un amante del basket barcelonés o madrileño no puede apoyar a equipos tan cercanos y de tanta solera como Estudiantes o Joventut?

¡Aurrera Baskonia, Força Penya!

11 junio 2007

Consejo para una buena paella

Ayer domingo, como es habitual en este país, disfruté de una fantástica paella. Es una tradición, la misma que ‘obliga’ a los bares y restaurantes a incluir la paella también en su menú de los jueves, similar a la que supone acudir a casa de los padres o los suegros a comer durante el fin de semana. Bueno, eso para aquellos que hemos conseguido independizarnos, que tampoco somos mayoría aplastante, ni mucho menos.
En mi caso, dicha tradición no ha calado muy hondo y la frecuencia con la que participo en comidas familiares se puede calificar de escasa en comparación con lo habitual. Pero tengo dos atenuantes, uno es la distancia, y es que tener que coger coche y desplazarse es un engorro, sobretodo a la vuelta y más aun si el vino o el licor se han paseado por la mesa. El segundo atenuante es algo más subjetivo pero a mi juicio igual de válido: si el trabajo te obliga a pasar toda la jornada fuera de casa, cuando llega el fin de semana muchas veces lo que precisamente deseas es utilizar tu comedor o cocina a mediodía, ver cómo entra la luz a esas horas del día en tu casa.
Puede parecer un detalle absurdo pero a veces durante un sábado o domingo al mediodía me sorprendo al observar cómo incide la luz sobre algunas partes de la casa.

Volviendo al título de la entrada, no penséis que se me olvida, aquí va la receta:
Lo fundamental para una buena paella es controlar el tiempo, eso y tener un teléfono a mano. Hay que llamar para encargarla el día antes o como muy tarde el mismo domingo sobre las 12h. Ahí reside la clave, anticiparse.
Te puedes arriesgar a presentarte en el restaurante y pedir una ración de las que preparan maquinalmente, pero conviene encargarla, llevársela a casa y disfrutarla allí con comodidad, mirando la luz que entra por el ventanal y dejándote mimar por los muebles que tanto te han echado de menos entre semana.

Bon profit

06 junio 2007

Tráfico (II)

Unos números sencillos para reflexionar y pensar la próxima vez antes de intentar un adelantamiento suicida:

Suponed que iniciamos nuestro recorrido diario para ir hacia el trabajo por ejemplo y que éste dista 20km. Delante va un coche a unos babosos, anticuados y afeminados 80km/h en lugar de los majestuosos, valientes y dignos de elogio 100km/h que nosotros alcanzaríamos si consiguiésemos adelantarlo. Pues bien, adelantarlo y circular durante 20km a 100 en lugar de 80 nos supondría el ahorro de la "escalofriante" cifra de ¡3 minutos!
Y ojo, eso en el caso de que luego no nos encontráramos cualquier otro vehículo que de nuevo nos ralentizase la marcha. Además, tengamos en cuenta que si al final de esos 20km tenemos un semáforo, cruce o rotonda que nos obliga a parar, todo el tiempo que estemos parados esperando reanudar la marcha será tiempo que el coche de atrás recortará a esos 3 minutos que comentaba.
Me parece paradójico, cuanto menos.

Si alguien aun no está convencido de la inutilidad de correr como un loco, puede hacer los cálculos aplicados a su caso:

  1. Dividid vuestra velocidad deseada y la del vehículo 'obstáculo' por 3.6 para convertir los Km/h a Metros/Segundo
  2. Ahora tomad la distancia que recorréis y, convertida a Metros, dividirla por los dos números que habéis obtenido antes en el punto 1.
  3. Eso os dará el número de segundos que tardaría cada vehículo, dividiendo por 60 lo convertiremos en minutos.

Me interesaría conocer cuánto ahorro os sale en vuestros casos reales, seguro que menor del que uno pudiera pensar antes de recurrir a los números.

Para correr ya están los circuitos y los videojuegos.

05 junio 2007

Adidas

Las grandes figuras mundiales del deporte en ocasiones tienen más ingresos por publicidad que por el sueldo que les pagan sus equipos o los trofeos que consiguen. Véase los casos por ejemplo de Michale Jordan en su momento, Tiger Woods o David Beckham.
Las empresas que nunca faltan aquí son las de prendas deportivas. A cualquiera nos vienen a la mente las dos probablemente más famosas: Nike y Adidas.
Ambas se gastan montones de dinero para conseguir que afamados deportistas presten su imagen y sean la ‘cara’ de la marca. Supongo que sus departamentos de marketing harán concienzudos estudios sobre la rentabilidad de esas inversiones y la conveniencia de apostar por un deportista u otro.
Lo que no sé es si Adidas sabe que la persona que a mi juicio más está promocionando la marca no es ninguno de esos afamados deportistas que tienen en nómina.
La persona que más transcendencia mundial les está dando es, repito que a mi juicio:



Efectivamente, Fidel Castro.
¿Habrán estudiado los altos directivos de la empresa alemana la repercusión que esto tiene? ¿Habrá supuesto un incremento de ventas? En caso negativo, ¿se atreverían a pedirle que no gastase sus prendas?
Lo que está claro es que entre la marca de las tres hojas y la Nike (Norteamericana) el comandante sabía cuál no debía/podía elegir.

04 junio 2007

Tráfico

Conduces a una velocidad moderada por culpa de la cantidad de coches y camiones que van delante. Imposible adelantar porque el tráfico en el carril contrario es igual de denso. Por el retrovisor ves llegar un coche que se pega a tu maletero como un perro en celo, y a la primera oportunidad que tiene se la juega y te adelanta como un poseso para recorrer en tiempo record la distancia de seguridad que mantenías con el vehículo de delante y repetir la operación con sucesivos coches hasta que unos pocos kilómetros después lo ves tomar una salida.
Yo veo dos posibles calificaciones para ese fenómeno: gañán ignorante y/o hijo de la grandísima puta.

Suele tratarse de gente ya madura con buenos y potentes coches, o jóvenes adictos al tuning y la velocidad.
Los primeros piensan que ese cochazo que tanto esfuerzo les ha costado no puede bajo ningún pretexto ir detrás de cualquier otro vehículo más vulgar. ¡Se diría que quieren mantener viva la lucha de clases!
Los segundos no son más que un quiero y no puedo, plasman en el coche su agresividad e inseguridad. El coche, a veces simples utilitarios con los acabados más deportivos, es una prolongación de su pene. Por eso cuanto más tuneado esté y más grandes sean los alerones más felices se siente. ¡Que se tuneen la polla y dejen de poner en riesgo nuestras vidas!

Ah por cierto, tanto los primeros como los segundos son en un 99.9%..... efectivamente, hombres.

03 junio 2007

Comprarse coche o la lucha mental

Me quiero cambiar el coche y no sé cuál comprar. Llevaba mucho tiempo desconectado del mercado, así que lo primero que hice fue comenzar a fijarme en coches que veía por la calle. Hice una primera criba quedándome con aquelllos cuyo aspecto me gustaba más. Recopilé información técnica y precio de los cinco supervivientes.
Aquí llegó el primer problema: el más barato no era precisamente el que más bonito me parecía a pesar del cariño con que me lo miré durante bastantes días. No. Intento ser racional y me digo a mi mismo que a fin de cuentas cualquiera de esos cinco coches cumpliría de sobra su papel puesto que sus características no varían mucho, pero no consigo convencerme de ello y a estas alturas creo que puedo dar ya por descartado el modelo más barato. De hecho, el problema es más grave que eso: comienzo a sentir una irremediable atracción hacia el más caro de los cinco. No me lo explico, ha sucedido casi de repente, ahora cada vez que veo uno por la calle me quedo embobado. Sin duda es el más chulo. Me gusta tanto que el otro día fui a probarlo al concesionario.

Surgió aquí el segundo problema: estaba ya casi tan enamorado del coche que, especialmente el día antes, tuve que hacer trabajo mental repitiéndome que ese coche no tiene por qué ser perfecto, que debo probar los otros también, pero sobre todo me repetía que el comercial no debía darse cuenta de lo coladito que estaba por el coche.
Creo que lo hice aceptablemente. Eso piensa también mi tío que me acompañó a probarlo.
Puede parecer una tontería, pero cuando te bajas del coche, convencido de sus bondades, y el comercial hábilmente te dice: "Bueno, ¡te ha gustado, eh! Sólo falta que tasemos tu antiguo coche y preparemos los papeles de la transacción" resulta muy difícil reaccionar con frialdad y contestar: "¡Uy, no corras tanto, que aun hay muchas cosas para mirar, la competencia está muy fuerte"
Me mantuve alerta durante todo el rato. Luchando contra mi subconsciente y también contra el comercial. Obviamente es un combate psicológico donde cada uno buscar averiguar cuánto interés tiene la otra parte en el trato, dando por supuesto que aparentar cierta indiferencia repercutirá en el precio final.
Es curioso el uso del lenguaje cómo puede servir de herramienta. El comercial no empleaba condicionales, nada de "tasaríamos tu vehiculo en el caso de que estuvieses interesado" Incluso llegaba a utilizar imperativos: "Hazme caso, cóge el de 5 puertas"
Por cierto, otro día comentaré más cosas sobre los 'juegos mentales' a los que jugamos las personas. Entre tanto, creo que tanto el comercial como yo reposamos y velamos armas de cara al próximo encuentro.

Ah, el coche de la foto no es el objeto de disputa, ¡qué más quisiera yo!

02 junio 2007

RUSH: propiedad privada

Todos tenemos al menos un artista que consideramos 'nuestro' por el mero hecho de no ser conocido por las personas de nuestro entorno y/o no ser el típico disco que te encuentras en la sección de música de cualquier gran superficie. La relación que tenemos con ese artista la consideramos casi privada aunque sepamos que en el mundo hay miles o incluso tal vez millones de personas con el mismo gusto por dicho artista. El caso es que nos sentimos miembros de una minoría de privilegiados, de elegidos, de afortunados por conocer a ese artista. Por un lado nos gustaría hacerlo público a los cuatro vientos, y de hecho seguro que más de una vez hemos dado la brasa con ello a algún amigo; pero por otro lado, en el fondo, deseamos que el 'secreto' no se extienda demasiado, no vaya a ser que perdamos la exclusiva.

Uno de los grupos con los que tengo esa sensación es Rush. Sí, ya sé que vende millones de discos en todo el mundo, que llevan más de 30 años de carrera, y que tampoco es tan difícil encontrar discos suyos en cualquier tienda, pero es que... ningún amigo o compañero los conoce y en España no se venden una mierda.

No pretendo convertir a nadie al rushismo, y la verdad es que creo que no resultaría fácil. No sé si me gustan más sus primeros discos de rock directo, o su posterior etapa donde la guitarra perdía peso y distorsión a favor de colchones de teclados, o tal vez este resurgir reciente de sonidos más turbios. (Por cierto, los etiquetan como rock progresivo, for the record.)
A mi me gusta que sean canadienses, que sean tres, los mismos tres desde hace muchos años, que tengan la manía de sacar un directo cada cuatro álbumes de estudio para cerrar ciclo y modificar su sonido de cara al siguiente... También me gusta que fueran un tanto autoindulgentes y pretenciosos en algunas de sus canciones. En fin, cosas mías.
Estos días escuchando su último disco Snakes and Arrows, y mientras decido si le otorgo un 3.5 o un 4.0 sobre 5.0 (no me extrañaría si al final le diera un 4.5), vuelvo a sentir esa complicidad entre ellos y yo.

01 junio 2007

Aceros Inoxidables

Ya no vale con tener una página web, hoy en día sin un blog parece que naciste ayer.

Hace un par de días pensaba en comenzar uno, pero tenía serias dudas sobre el objetivo y, sobre todo, su utilidad.
Hoy me comentaba un amigo que visitara su blog y me sentía en fuera de juego: "Pero... ¿coño, tú también tienes blog ya?"
Me dice que va bien para la constancia. Bueno, no sé, eso pinta bien, no? Esto es un poco como el chiste aquel en el que iban dos y veían un cartel de propaganda que ponía: "Aceros inoxidables" y uno le decía al otro: "¿Nos hacemos?"
Pues algo así.

Un saludo a todos los que caigan -nunca mejor dicho- por aquí