28 junio 2009

del tó ya

Me decía ayer un amigo, algo más joven que yo, que se iba a ver en concierto a los nosequien, junto con los norecuerdo, y de cabezas de cartel venían los nomesuenan.

Vamos, como si me hablaran de las rocas endopomórficas. Y el caso es que tenemos gustos musicales parecidos, bueno o al menos teníamos.

Le pregunté si el último de Metallica era flamenco-slizzy-metal-hard o qué, y me decía que no, que habían vuelto a los orígenes. Ummm, no sé, esa frase me suena mucho al típico grupo que se emborracha de éxito y empieza a dar bandazos para contentar a todo el mundo, hasta que los fans iniciales los abandonan; entonces se ven solos y sin un duro y dicen: "ey, volvamos a los orígenes como sea"

Le hablaba yo del universo de Steven Wilson, con sus Porcupine Tree, con su Insurgentes. Le describía un poco lo queme atraía de ahí.
"Vamos, música para mayores" me replicaba él.
Umm, puede ser. Desde luego no es lo que pondrías en el coche un sábado por la noche para salir de fiesta. Mas bien es lo que te pondrías con unos buenos auriculares en la comodidad del aire acondicionado de casa.

Me asomaba por la ventana y oía la música del chaval de abajo. Me parecía que era Deltoya de los Extremo. Los Extremo, ojo. ¡Que tiempos! Verlos en directo, llevar camisetas, ser una de las bandas de cabecera, tener la misma cinta siempre en la pletina.

Y mira, ahora ni siquiera me ha dado por buscarlos en el emule después de escucharlos.
Me da pena que no me entren ganas de volver a oírlos, pero en fin, you know, la vida sigue, todo cambia, todo puede cambiar. Todo debe cambiar.

Se cansa hasta la rosa de ser rosa, decía Mecano, así que por qué no me iba yo a cansar de escuchar a Extremo.

Llegan momentos en los que te cansas de siempre lo mismo, te cansas del todo ya.
Te cansas de deltoya.

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