03 agosto 2007

K2

Todavía en el siglo XX, durante una época en la que me dio por suplementos culturales, vi aparecer en varias ocasiones el nombre de Javier García Sánchez siempre ligado a grandes elogios sobre sus libros, en especial La dama del viento sur. Ante tanta insistencia no tuve otro remedio que encargar el libro y, una vez leído, postrarme a sus pies hipnotizado y fascinado. "La novela de amor más terrible de la literatura española de los últimos lustros" (Rafael Conte, El País)
Por eso cuando me percaté que K2 era del mismo autor, no dudé en gastarme los cuartos en la versión con tapa dura y comenzar a leerla con grandes expectativas.
Desde el comienzo el libro se centra en dos temas: el montañismo y el amor. Para desarrollarlos se nos cuenta -siempre en primera persona- la expedición al K2 en la que participó el protagonista por un lado, y por otro su relación con Julia, su "otro K2"
Supuestamente nos hemos de ver envueltos en un paralelismo entre ambas historias "porque toda mujer a la que se ama es siempre como la montaña que continuamente suspiramos por coronar"
Sin embargo, pobre de mí, en sus más de 400 páginas solo he sabido encontrar un repaso excepcionalmente documentado de la historia del montañismo y anécdotas rozando lo cursi del amor entre Julia y el protagonista. No he entendido por qué me abrumaban con cifras, fechas, nombres y todo tipo de datos sobre múltiples expediciones y ascensiones durante páginas y más páginas y a continuación me describía cualquier escena cotidiana con Julia.
Al principio tenía una gran interés por conocer ambas historias, pero un perenne y, a mi juicio, artificial aplazamiento del desarrollo de ambas fue minvándome la moral hasta que lo anodino del final terminó por sumirme en la decepción.
Para tratarse de una novela de amor, el detalle y espacio dedicado al montañismo lo veo excesivo. El relato de la expedición al K2, insulso, sin capacidad de sorprenderme o emocionarme. La descripción de su amor por Julia, pastelera. No seré yo quien diga que el libro está mal escrito, ni mucho menos pero, o el romanticismo de La dama del viento sur era diferente, o yo he cambiado desde su lectura, el caso es que los fragmentos donde sublima a su amada me resultan ridículos.
Si el libro hubiese sido el resultado de unos hechos verídicos y además se hubiera eliminada la parte romántica (!) creo que desde un principio habría sabido a qué atenerme y mi opinión final hubiera sido muy favorable.
A pesar de este sinsabor que me ha dejado K2, de este resbalón por la nieve, volveré en cuanto pueda a levantarme con ayuda de piolets como El Alpe d'Huez, El mecanógrafo, o La historia más triste para seguir subiendo por la montaña de libros de Javier García Sánchez (toma metáfora hortera) :-P

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